Nací en Buenos Aires en Abril de 1974 aunque llevo media vida en España, de Madre platense de la ciudad de La Plata en Argentina y de padre gallego de San Miguel de Vilela, una aldea cerca de Lugo.

Al principio de mi carrera profesional me centré en dirección de empresas donde recorrí 25 años de una trayectoria en diferentes corporaciones a nivel mundial. Cuando fijé mi residencia en Barcelona comencé a formarme como delegado de igualdad, perito experto en abusos laborales y psicoanalista enfocado en violencia económica y abuso emocional.

Mi trabajo desde el 2018 como voluntario en la Comunidad Internacional de la Mujer en Barcelona me dio la oportunidad de realizar una fructífera carrera como psicoanalista y desarrollar un método de sesiones psicoanalíticas totalmente diferentes a las que ejercen habitualmente. 

El resultado ha sido sorprendente, pude ver, sentir y analizar que cuando aplicaba mi método en las sesiones como voluntario con los principios psicodinámicos típicos del psicoanálisis, como atender a los mecanismos defensivos de las personas, explorar las emociones y fantasías, no culpabilizarse por los sentimientos ambivalentes, discutir la relación con uno mismo y la dependencia económica con la pareja, más mejoría experimentaban las personas que trataba en la terapia psicoanalítica. En resumen, cuando la terapia era exitosa se debía que yo como psicoanalista me apartaba de mis manuales de sesiones prefijado y realizaba algo típicamente psicoanalítico que es tratar a las personas como personas y no como enfermos o pacientes. 

Con mi método he logrado excelentes transferencias con las personas y en una sola sesión he podido notar una sorprendente mejoría y una apertura a un autoanálisis que antes no se lo permitían. Nadie en la actualidad cuestiona que si una persona tiene un “trauma” necesite ayuda psicoterapéutica, sólo que se ha convertido en una transacción de tiempo por dinero y ha perdido el enfoque del psicoanalista hacia la persona como verdaderamente tiene que ser, la entrega absoluta a la mejora de la persona.

Esto no significa que otros métodos sean ineficaces ni mucho menos, solo que he podido descubrir en todas las sesiones realizadas los últimos años que mi método me acerca mucho más a la persona y por ende puedo tratar junto con ella todos los traumas de forma cercana y efectiva.